Environmental Racism Means Students Have to Breathe Polluted Air at School
Civil Liberties Union
Sin embargo, nos oponemos a una parte de la propuesta de Schumer, que incluye el requisito que todos los trabajadores obtengan una tarjeta de identificación biométrica. Este requisito pondría a los Estados Unidos en el camino hacia un sistema nacional de identificación de tarjetas, y pondría un fin a cualquier oportunidad hacia la reforma migratoria en el 2010.
Según el plan de Schumer, cada trabajador en los Estados Unidos, ciudadanos y no ciudadanos, tendría que obtener una tarjeta de identificación. La tarjeta tendría su fotografía digital, huellas digitales (o el escáner de iris), así como otra información personal. La tarjeta también incluiría una tira magnética, o potencialmente un chip de radiofrecuencia, que permitirían a los empleadores a explorar y a leer su información personal.
Los estadounidenses y los inmigrantes deberían oponerse a esta propuesta.
Un programa de tarjeta de identificación les haría más difícil para los ciudadanos y los inmigrantes obtener trabajo. Tendrían que esperar la autorización del gobierno antes de que pudieran empezar a trabajar, y los errores de datos y los problemas tecnológicos pueden impedir a muchas personas a conseguir trabajos nuevos. La comunidad latina sufriría la peor parte de esta dificultad, ya que algunos empleadores podrían mostrarse reticentes a contratar a trabajadores que perciben como “extranjeros” para evitar molestias con el sistema de verificación.
Esta propuesta incrementaría la discriminación contra los inmigrantes documentados y las minorías. Una vez que el sistema de tarjeta de identidad se implemente, tener la tarjeta en posesión se convertirá en un pretexto para buscar o detener a personas sospechosas de ser extranjeros. Incluso si uno gana estatus legal a través del programa de legalización, los inmigrantes tendrían la carga de comprobar con regularidad su condición legal.
El plan de la tarjeta de identificación impide los esfuerzos para aprobar legislación de la reforma migratoria en el Congreso. Desde la década de los 1930, los estadounidenses han rechazado intentos de establecer un sistema nacional de tarjeta de identidad. Esta propuesta impopular causaría a muchos estadounidenses a volverse en contra de la reforma migratoria, poniendo en peligro la reforma.
Una vez que se establezca el sistema de identificación, el gobierno podría exigir la tarjeta para fines distintos del empleo, como el voto, entrar en los edificios del gobierno, recibir beneficios públicos, o viajar dentro de los Estados Unidos. Al no tener la tarjeta en posesión, o que la tarjeta tenga un error, podría resultar en la perdida de mucho más que un trabajo y podría hacer la vida en los Estados Unidos insoportable.
El plan de la tarjeta de identificación de Schumer es malo para los inmigrantes, los trabajadores y los estadounidenses. Es hora de que Schumer se dé cuenta de que su plan no cabe en la reforma migratoria.